La cadena de la transmisión de nuestra bicicleta es uno de los componentes que más sufre el desgaste por uso. Toda la fuerza de nuestras piernas es transmitida directamente a la cadena, que arrastra consigo los diferentes platos y piñones para mover las ruedas de la bicicleta. Por ello es muy importante conservar la cadena en buen estado, correctamente engrasada y mantener un mínimo control acerca de los kilómetros rodados con ella, además de vigilar un posible estiramiento de los eslabones debido al desgaste por uso de nuestra bike.
Las principales marcas de herramientas para bici disponen de un medidor de estiramiento de la cadena. La forma de usar esta útil herramienta es muy sencilla. Los medidores de cadena son herramientas de precisión que traen normalmente dos caras, una con medida 0.75 y la otra con medida 1.0. Debemos introducir la cara de 0.75 colocando un eslabón en cada una de las puntas del medidor, de manera que se introduzcan en los huecos.
Si el medidor no entra completamente hasta el final es señal de que la cadena todavía se encuentra en buen estado. La cara marcada como 0.75 nos indica que la cadena está estirada a un 75% del límite que normalmente los fabricantes consideran necesario para reemplazar la cadena. Si comprobamos que el medidor entra hasta el final por esa cara, es hora de darle la vuelta y usar la cara marcada con medida 1.0.
La cara marcada como 1.0 indica que la cadena se encuentra estirada al 100% del límite recomendado, por lo que si encontramos que la herramienta se cuela en los eslabones de la cadena, ha llegado la hora de reemplazarla por una nueva. Si por el contrario, las puntas del medidor de cadenas no entran, significa que todavía podemos aprovechar la cadena unos cuantos kilómetros más.
Otra manera de medir la cadena, si no disponemos de dicha herramienta, es coger una regla de medir para saber si ya ha llegado la hora del cambio. Hay que medir la cadena perfectamente estirada entre 21 pines y debe medir 254 mm. Si mide 255 mm ya se ha alargado 1 mm, que es la elongación que nos define que ya es momento de cambiarla.
Bien, supongamos que tras verificar la longitud de nuestra cadena está más que estirada al 100% por lo que hay que cambiarla, también debemos observar el desgaste de los piñones y de los platos, y ¿tendría que cambiarlos también?, pues depende. Si cambiamos nuestra cadena sobre los 1.500 kms aproximadamente, no nos haría falta cambar nada más. En cambio, si la cadena tiene muchísimos más, 3.000, 4.000, etc., los piñones, sobre todo, han sufrido también el desgaste acorde a la cadena, ¿Pero y si decido no cambiarlo? Pues acabaras teniendo, con total seguridad, los malditos saltos o deslizamientos de la cadena sobre el piñón que esté seleccionado, de igual forma puede ocurrir en los platos, donde el claro indicador es el "afilado" de los dientes: si han perdido la forma de "volcan" con el extremo más bien plano, adoptando una forma de "pico" puntiaguda, es un síntoma de que las laderas se han desgastado y por lo tanto la cadena no se sujetará, requiriendo un cambio.